Preguntas frecuentes – Buatec Piscinas
Te ayudamos respondiendo a las dudas más recurrentes
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Existen varias causas principales que pueden llevar a la aparición de algas y un exceso de metales disueltos en el agua. Las algas son un problema común que puede surgir debido a un mal uso de tratamientos químicos, sistemas de filtrado deficientes o un mantenimiento inadecuado. Además, una temperatura elevada del agua también puede favorecer su proliferación.
Por otro lado, el exceso de metales disueltos puede originarse por diferentes motivos. Por ejemplo, la lluvia puede transportar metales presentes en el entorno y depositarlos en el agua, lo que conlleva un aumento en sus niveles. Asimismo, un bajo nivel de pH en el agua también puede contribuir a la disolución de metales y su acumulación.
En primer lugar, es crucial llevar a cabo una revisión exhaustiva del nivel de pH del agua, asegurándose de que se encuentre dentro del rango óptimo de 7.2 a 7.6. Posteriormente, se debe implementar un sistema de filtración eficiente que permita eliminar las algas presentes en el agua, y en caso necesario, se recomienda emplear técnicas manuales de cepillado para removerlas de forma más efectiva. Por último, se puede aplicar un tratamiento de choque para garantizar una solución completa.
Se sugiere llevar a cabo un mantenimiento regular y constante. Además de mantener el pH en el rango adecuado, existen diversas medidas que se pueden tomar para evitar el crecimiento de algas y mantener el agua limpia y desinfectada. Es importante aplicar tratamientos específicos para prevenir la proliferación de algas. Estos tratamientos pueden incluir el uso de productos químicos alguicidas que inhiben el crecimiento y desarrollo de las algas, evitando así su propagación en el agua.
Uno de los problemas más comunes que se presenta en un clorador salino es la falta de una concentración adecuada de sal en el agua. En muchas ocasiones, no contamos con una forma de medir la concentración de sal, lo que lleva a que los niveles disminuyan hasta un punto en el que la producción de cloro no sea la adecuada, e incluso puede resultar en que la célula no sea capaz de producir cloro con esa baja concentración de sal.
Por otro lado, también es común encontrarnos en situaciones en las que añadimos una cantidad excesiva de sal, lo cual afecta el funcionamiento correcto del clorador salino. Es fundamental conocer la concentración de sal óptima para el funcionamiento de cada equipo, ya que existen diferentes rangos de trabajo. Algunos cloradores funcionan de manera eficiente con una concentración de sal de 1,5 a 2 gramos por litro, mientras que otros requieren una concentración de 5 gramos por litro.
Para abordar este tema, es esencial contar con un sistema de medición confiable. Existen opciones como las tiras desechables o los medidores digitales de conductividad, que nos permiten determinar de manera precisa la concentración de sal en el agua y asegurarnos de que se encuentre dentro del rango adecuado para el clorador salino en uso.
Las vallas de seguridad, los cobertores o las alarmas de movimiento son elementos muy útiles sobre todo para unidades familiares con niños pequeños o mascotas.
Existen varios motivos, lo recomendado es pedir la ayuda de un profesional que localice el problema. Sin embargo, aquí te damos un listado de los más comunes:
Que hayas movido la válvula selectora (la del filtro) cuando el motor estaba en funcionamiento.
Que se haya sustituido la arena y haya caído parte de la misma dentro del colector.
Que uno de los brazos del colector se haya roto.
Que la válvula selectora o la junta de la misma se haya estropeado.
Que no sea arena la que te impulsa, si no que al aspirar el fondo, esta muy sucio (polvo) y la suciedad salga por las boquillas o válvulas de retorno y parezca arena.
Que al realizar el lavado de la arena, pongas directamente a filtrar sin pasar por enjuague y recirculación, ello implica que si tienes suciedad en tubo o filtro te la expulsara a la piscina.